Por Andrés Roldán Liébana
Soy ex-alumno del I.E.S. Politécnico Jesús Marín de Málaga, he cursado el Ciclo Superior de Proyectos de Edificación durante los cursos 2014-15 y 2015-16, y a la terminación del ciclo he contado 46 primaveras (lo pongo con números, que con letras es más largo y parecen más).
Fue terminar mis estudios de Técnico Superior en Informática de Gestión (antigua FP II) y empezar a trabajar como programador en un taller de estructuras metálicas y al cabo de dos años, haciendo funcionar todos los programas de gestión de la empresa (control de costes de las obras, control de materiales, mediciones y presupuestos) me ofrecieron un puesto en la Oficina Técnica como delineante/informático para realizar planos de despiece para la fabricación de estructuras metálicas. Fue entonces cuando “me presentaron” el programa AutoCAD (aún bajo MS-DOS, con pantallas de 14” de fósforo verde y tableta digitalizadora) y sin la potente herramienta que hay hoy día conocida como Internet, aprendí a realizar planos de despiece de estructuras metálicas.
Con los años, además de los planos, aprendí a hacer presupuestos, defender los precios ante los clientes y buscar proveedores que sirvieran materiales con la calidad exigida y a menor precio, etc... Como podrán imaginar, todo lo aprendido durante 25 años ha sido con mucho esfuerzo, y ayuda de los compañeros de trabajo, en definitiva, autodidacta.
Pero esta dichosa crisis que hemos/estamos viviendo hizo que la empresa quebrara, así que me veo con 43 años y desempleado. Las perspectivas de encontrar trabajo (con la edad y sin titulación como delineante) me llevan a decidir cursar el Ciclo Superior de Proyectos de Edificación, para acreditar con una titulación todos los conocimientos adquiridos durante los años de trabajo y poder complementarlo con otros que hasta ahora no había tenido oportunidad de aprender.
Tras buscar información y visitar varios centros educativos donde se imparte el ciclo, decido matricularme en el IES Politécnico, hoy día no me arrepiento en absoluto, instalaciones, equipamiento y profesorado de calidad.
Durante estos dos cursos he comprendido muchos conceptos técnicos relativos al cálculo de estructuras metálicas (por los años de trabajo conocía los nombres, pero no su función, su importancia y su funcionamiento), a su vez “le he puesto nombre” a muchas cosas, por ejemplo, he usado en infinidad de ocasiones el “aparato para nivelar” y resulta que he estado usando un teodolito, y sí, también ha habido cuestiones que ya sabía.
En definitiva, como he comentado en muchas ocasiones, no me arrepiento lo más mínimo de haber tomado esa decisión, por lo que solo me cabe dar las gracias al profesorado y a los compañeros/as que han tenido que “soportarme” estos dos cursos.
Hoy día soy Técnico Superior en Proyectos de Edificación y estoy trabajando en un taller de estructuras metálicas haciendo presupuestos, controlando costes de obras, haciendo planos de despiece para taller y ayudando a mi compañero Ingeniero Técnico a calcular estructuras metálicas.
Genial experiencia :) como dicen,¡... nunca es tarde, si la dicha es buena!
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