En todo el planeta, desde hace varias décadas, hay millones
de personas que desde las zonas rurales se trasladan a vivir a las ciudades.
Los más pobres se trasladan a barriadas creadas esporádicamente sin
organización urbanística, ni de servicios básicos y por economizar recursos autoconstruyen
sus casas adosadas a las que están más próximas. Además, en muchos casos, por
razones de seguridad no se abren ventanas en las fachadas que quedan libres. Por
tanto, en esas viviendas hay una gran carencia de ventilación e iluminación.
¿Cómo dotarías de iluminación a todos esos hogares de una forma sostenible y
barata?
Seguramente lo primero que se nos ocurra sea la instalación
de paneles solares fotovoltaicos
para que mediante baterías alimenten unas lámparas. Esta solución puede ser
adecuada en el primer mundo donde disfrutamos de recursos económicos y
materiales para poderla llevar a cabo.
Frente a este mismo problema, a un mecánico llamado Alfredo Moser
de la población brasileña de Uberaba, se le
ocurrió reutilizar las botellas de plástico llenándolas de agua para hacer
lámparas solares a un coste mínimo. En el año 2002 durante uno de los múltiples
cortes de electricidad que sufría su localidad debido al consumo de las
fábricas cercanas terminó de diseñar el prototipo conocido desde entonces como
lámpara Moser.
La lámpara se realiza llenando una botella transparente (PET) de
bebida con agua y una parte de lejía o cloro
para evitar la proliferación de organismos, manteniendo la transparencia del
agua durante largos periodos de tiempo. Todo ello sellado y colocado en el
tejado de la casa, asomando hacia el exterior una parte de la botella y
sellando la unión con la cubierta para que no entren humedades.
La lámpara funciona captando la luz solar y refractándola
hacia el interior de la vivienda, produciendo una luz cenital
de unos 55 vatios, dependiendo
de la incidencia solar de
cada momento. La lámpara no se calienta y produce ahorros del 70% al precisar
apoyo eléctrico solamente cuando deja de haber luz solar.
En relación con la eficiencia energética y la sostenibilidad,
la lámpara Moser no efectúa emisiones de CO2,
comparada con una lámpara de 50 vatios conectada a la red eléctrica y encendida
durante 14 horas al día, que emite en torno a 200 kg de CO2 al año. Además los
materiales con los que está hecha proceden mayoritariamente del reciclado y se
encuentran en las cercanías del usuario final, por lo que no se realizan
emisiones por transporte.
La idea de Moser fue tomada por un grupo de estudiantes del MIT (MassachusettsInstitute of Tecnology) y, posteriormente, la ONG
My Shelter Foundation creó el movimiento “Liter of Light” que hoy está
en Argentina, Bangladesh, Brasil, Camboya, Colombia, Egipto, Filipinas, India, Indonesia,
México, Tanzania y otros muchos países, habiendo instalado más de 1.000.000 de
lámparas hasta el año 2012.
Actualmente en muchos de esos lugares la lámpara se instala
en su versión 2.0, con un coste en torno a 10 dólares US, se complementa
mediante un kit con un panel solar fotovoltaico, batería y lámparas led,
para seguir iluminando por las noches durante unas 8 horas.
A continuación podéis ver un video con el funcionamiento de
la Botella de Luz 2.0:
Con esta última lámpara se pretende iluminar también las
calles y los barrios de los más pobres, podéis obtener más información sobre el
proyecto y conocer las formas de colaborar visitando la web de Aliteroflight.
En la cultura occidental a las personas que se esfuerzan en mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos se las reconoce con premios "honoris causa" y otros de mayor rango. Desde estas líneas queremos felicitar sinceramente a Alfredo Moser por su ingenio, creatividad y eficacia en la resolución del problema. Sin duda, si su invento hubiera supuesto una patente de uso comercial, en estos momentos estaría decidiendo a que país se desplazaría para recibir los homenajes que antes comentábamos.
En la cultura occidental a las personas que se esfuerzan en mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos se las reconoce con premios "honoris causa" y otros de mayor rango. Desde estas líneas queremos felicitar sinceramente a Alfredo Moser por su ingenio, creatividad y eficacia en la resolución del problema. Sin duda, si su invento hubiera supuesto una patente de uso comercial, en estos momentos estaría decidiendo a que país se desplazaría para recibir los homenajes que antes comentábamos.
Los ciudadanos de economías más pudientes pueden optar por
un sistema pasivo de captación y proyección de luz solar conocido como tubo de luz solar. Es respetuoso con el medio ambiente en cuanto a su funcionamiento,
puesto que no hay consumo energético. No así en su fabricación que cuenta con plásticos
y metales bruñidos para alcanzar la máxima reflexión
de los rayos solares. Se trata de la versión moderna del lucernario o claraboya.
¿Qué otros usos crees que le podríamos dar a las botellas de
plástico vacías?
El Thomas Edison de los pobres:
La bombilla que triunfa en suburbios de todo el planeta:
Como hacer luz con una botella de plástico:
El brasileño que ilumina su casa con botellas de agua:
Alfredo Moser inventor:
Botellas de luz 2.0: http://wp.cienciaycemento.com/botellas-de-luz-2-0/
Una farola hecha con botellas de plástico: http://ecoinventos.com/liter-of-light-una-farola-hecha-con-botellas-de-plastico/
Una farola hecha con botellas de plástico: http://ecoinventos.com/liter-of-light-una-farola-hecha-con-botellas-de-plastico/
Warka Water: La torre de bambú que produce hasta 100 litros de agua al día: PINCHA AQUÍ
OisaSaw. Un columpio sacar agua de un pozo sin electricidad: PINCHA AQUÍ
Una lámpara que no necesita enchufes ni pilas, funciona por gravedad: PINCHA AQUÍ
Una farola hecha con botellas de plástico: PINCHA AQUÍ
Una lámpara que funciona con agua salada; PINCHA AQUÍ
Ruedas de agua Wello Water: PINCHA AQUÍ
Calentador solar de agua con botellas de refrescos: PINCHA AQUÍ
Mochilas infladas, energía para las zonas pobres: PINCHA AQUÍ
Tejados que dan comida; PINCHA AQUÍ
Me parece una muy buena idea.
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