lunes, 10 de marzo de 2014

Por qué no se inunda Tokio

Muchas son las ciudades costeras, o a la rivera de algún río, las que sufren inundaciones periódicas superando los esfuerzos que la ingeniería hace para paliarlos. El más reciente lo tenemos en Londres, cuando durante los meses de enero y febrero de este mismo año ha sufrido las peores inundaciones de los últimos 30 años.

También recordamos las inundaciones de Nueva York en 2012 cuando el huracán Sandy provocó las peores inundaciones de la historia de la ciudad. En Twitter se hizo famosa una falsa fotografía de un submarinista buceando por el metro completamente inundado.

Si nos remontamos en el tiempo, nos vendrá al recuerdo el tsunami de 2011 sobre Japón, provocando el accidente en la central nuclear de Fukushima, el que aconteció en Chile en 2010, el huracán Katrina inundando la ciudad de Nueva Orleans en 2005, o el tsunami que asoló el sureste asiático en las navidades de 2004.

La lista de lugares que reciben inundaciones periódicas se haría interminable, bien sea por crecidas de cauces fluviales cercanos, huracanes, tormentas tropicales, tsunamis,… Pero hay una ciudad que ha realizado un esfuerzo titánico por minimizar los efectos que esos fenómenos atmosféricos producen sobre la población y la economía, estamos hablando de Tokio.

Tokio es una de las grandes metrópolis del planeta, está situada al final de un valle y elevada tan solo unos metros sobre el nivel del mar. Se encuentra circundada por numerosos ríos y atravesada por infinidad de canales que los comunican. Cada año, desde finales de agosto y en el mes de septiembre, Japón recibe numerosos tifones de los cuales algunos afectan a la ciudad, todo ello sin producir inundaciones.

El motivo es una espectacular obra de ingeniería civil sin parangón en cualquier otra capital del planeta. Tras 17 años de trabajo, la obra concluyó a principios de 2009, han excavado a 50 m bajo la ciudad un gigantesco sistema de drenajes y cámaras de acumulación de avalanchas de agua.

La red capta el exceso de agua de los ríos cercanos antes de llegar a la ciudad y la devuelve al principal (rio Edogawa) aguas abajo en dirección a la bahía de Tokio. La estructura está formada por cinco pozos de decantación de 32 m de diámetro y 65 m de profundidad, en cada uno de los cuales, entraría un trasbordador espacial. Están conectados por 6.4 km de túneles de 10 m de diámetro, formando una red de drenaje que impide la inundación de la ciudad durante la época de lluvias.

El agua captada, finalmente se acumula en una inmensa cámara, de 177 m de longitud por 78 m de anchura, y con una profundidad de más de 25 m, capaz de acumular más 350.000 m3 de agua. Su techo se sustenta mediante 59 enormes columnas. Toda la obra es de hormigón armado, y hay que recordar que Japón está sujeto a constantes movimientos sísmicos.

Para que no se sature rápidamente, la cámara cuenta con cuatro turbinas impulsadas por motores Boeing 737 de 10.000 MW, capaces de sacar agua, ya filtrada, a razón de 200.000 litros por segundo, lo cual permite vaciar completamente la cámara de acumulación en menos de 30 minutos.


Para saber más:
Pagina web oficial, PINCHA AQUÍ
Proyecto G-Cans, PINCHA AQUÍ
Canal subterráneo de descarga del Área Metropolitana, PINCHA AQUÍ
Para ver más Fotos, PINCHA AQUÍ
G-Cans Proyecto de alcantarillado de Tokio: PINCHA AQUÍ

No hay comentarios:

Publicar un comentario